Si en uno de nuestros anteriores artículos te hemos explicado las
diferencias entre las tarimas de madera maciza y las tarimas multicapa, hoy queremos detenernos en las primeras para contarte qué cuidados específicos necesitan. Aunque el mantenimiento de todos los tipos de tarimas resulta bastante similar, la composición y las clases de maderas que suelen utilizarse en estos suelos hacen necesarios unos cuidados específicos como los que vamos a contarte hoy.
¿Cómo cuidar las tarimas macizas?
El cuidado y mantenimiento de las tarimas macizas son aspectos críticos para preservar su belleza a lo largo del tiempo. Estas tarimas, compuestas de madera natural sin capas de laminado, ofrecen una opción elegante y resistente para revestir suelos, pero requieren atención específica para garantizar su óptimo rendimiento. A continuación, te contamos cuáles son las prácticas recomendadas para el
cuidado adecuado de las tarimas macizas:
1.- Limpieza regular:
La limpieza regular es fundamental en todo tipo de tarimas para eliminar polvo, suciedad y residuos que puedan acumularse en la superficie. Se recomienda barrer o aspirar la tarima maciza regularmente para mantenerla libre de partículas. Además, se debe utilizar una mopa suave o un trapeador ligeramente humedecido con agua o con un limpiador específicamente formulado para suelos de madera maciza. Es importante evitar el uso de productos abrasivos o solventes que puedan dañar el acabado de la madera.
2.- Protección contra la humedad:
La exposición prolongada a la humedad puede causar hinchazón y deformación en la madera, por lo que es fundamental proteger la tarima contra la humedad. Se recomienda evitar derrames de líquidos y limpiar cualquier derrame de inmediato con un paño suave y absorbente. Además, se deben utilizar alfombras en áreas propensas a la humedad como puede ser junto al sofá en el salón o debajo de las ventanas o cerca de las puertas en otras estancias. De esta forma, se protege la madera en esas zonas en las que puede ser más factible que entre agua o se derrame algún líquido.
3.- Control de la humedad ambiental:
Mantener un nivel de humedad relativa estable entre el 35 % y el 55 % también es esencial para prevenir la contracción o expansión excesiva de la madera maciza. Se recomienda utilizar deshumidificadores y humidificadores según sea necesario para regular la humedad en el ambiente y proteger la tarima contra los efectos adversos de la humedad.
4.- Protección contra desgaste, golpes, arañazos…:
La tarima maciza puede ser susceptible de sufrir arañazos y marcas causadas por el uso diario, por lo que es importante tomar medidas para protegerla contra el desgaste. Se recomienda colocar protectores bajo las patas de sillas, mesas y otros muebles para evitar daños en la superficie de la tarima. Además, se debe evitar caminar sobre la tarima con zapatos de tacón alto o con suelas rugosas que puedan rayar o dañar la madera. Cuidado si tienes animales de compañía ya que pueden arañar estas tarimas.
5.- Mantenimiento preventivo:
Realizar inspecciones regulares de la tarima para detectar signos de desgaste, daños o deformaciones es fundamental para mantener su calidad y apariencia. Cualquier problema identificado debe abordarse de manera oportuna, ya sea reparando o reemplazando tablas sueltas o dañadas, o aplicando un producto protector específico según las recomendaciones del fabricante.
Siguiendo estas prácticas de cuidado y mantenimiento, se puede garantizar que las
tarimas macizas conserven su belleza natural y su integridad estructural durante muchos años, manteniendo así su valor y funcionalidad en cualquier entorno. Y como siempre, ya sabes que puedes contar con el asesoramiento de
Acron Tarimas, podemos a ayudarte como expertos en la instalación de
tarimas de madera en Madrid.