La demanda de suelos laminados de PVC no deja de crecer y es por una buena razón, poseen unas características muy atractivas en cuanto a durabilidad y mantenimiento. Pero estas no son las únicas ventajas de utilizar este tipo de pavimentos. Son, además, una alternativa muy versátil y su montaje resulta sencillo. Estas superficies han evolucionado mucho en los últimos años y cada vez hay más diseños entre los que escoger. Sin duda, los suelos de PVC no pasan desapercibidos entre las personas que buscan tarimas flotantes a precios asequibles para sus viviendas o establecimientos comerciales.
La facilidad en su instalación convierte a los suelos de PVC en una de las mejores opciones para las obras de rehabilitación, que ya cuentan con solados tradicionales. Quitar estos pavimentos supone un coste elevado, pero si está nivelado podemos poner los laminados sobre el suelo existente. Minimizando el precio y los tiempos de la obra.
Los suelos laminados suelen contar con alguna capa de madera o estar completamente fabricados con madera maciza. En el caso de las superficies de PVC, su fabricación se realiza con varios compuestos plásticos. Suelen contener fibra de vidrio para dotar de mayor rigidez a las tablas. Esta solución resulta mucho más resistente por lo que es recomendable en viviendas con mascotas, niños o en lugares con un elevado tránsito de personas. La tarima fabricada con este material también nos protege de los cambios de temperatura y de los ruidos, funciona muy bien como material aislante.
El laminado de PVC mejora las propiedades de los suelos vinílicos, ya que contrarrestan sus puntos débiles, al mismo tiempo que se potencia sus virtudes. En Acron Tarimas te contamos que la variedad de pavimentos fabricados con este material es casi ilimitada. Factor que nos permite elegir el acabado que mejor se adapta a nuestro estilo decorativo. Además, estos laminados aportan calidez a las estancias donde se instala y se acerca a la naturalidad de los suelos de madera.
Una de las condiciones clave de los suelos de PVC consiste en su capacidad para resistir el agua. Por ello, son la mejor variedad para colocarlos en zonas vulnerables por humedad, como son las cocinas y los baños. Además, encontramos diseños que imitan la madera con formas y colores cada vez más realistas.